jueves, 12 de julio de 2012

Bulevar de Sabana Grande retomando su grandeza. Por Luis Arias.


La primera reacción de mi abuelo al decirle que iba a hacer un ensayo sobre el bulevar de Sabana Grande y que tenía que visitar el sitio, fue “¿Muchacho estás loco?, si ese sitio está en las ruinas”, cosa que me dejo pensando si ir, o elegir otro lugar para realizar este ensayo.  Pero a través del paso de cada clase, fue desapareciendo el miedo que poseo a esta ciudad llamada Caracas.  Llegó así el gran día de bajar a la ciudad, el miedo me volvió a invadir y en mi cabeza retumbaba lo anteriormente dicho por mi abuelo. Al momento de llegar al bulevar me encuentre con todo, menos con lo que esperaba, lo que me había dicho mi abuelo: bulevar por el piso, lleno de buhoneros e indigentes, en el cual no se podía caminar; resultó completamente lo contrario, me encontré con “la reu neuve” de Bélgica criollizada, de manera que me hizo analizar cómo algunos prejuicios de tu ciudad no te permiten disfrutar de ella. A medida de cada paso que daba por el bulevar, este me sorprendía aún más, me encontré con una tarima donde seguramente grupos entretienen a los caminantes del lugar, lo cual me llegó a atrapar junto a la cantidad de parquecitos y esculturas que se encontraban a cada cierta distancia a lo largo de este. Todo esto me hizo posicionar al bulevar por encima de “la Rue Neuve” en Bélgica y de “les Champs-Élysées” en Francia, no por la cantidad de tiendas y de marcas que estas exhibían, sino por la cantidad de disfrute gratuito que pueden obtener los caminantes de este agradable espacio y me hizo pensar y analizar sobre una globalización alternativa que se cita en este bulevar, ya que no solo incita a la persona a comprar, sino también al disfrute gratuito sin importar la edad ni el estatus social.
Lo que yo me llevo de este bulevar, es que no tiene nada que envidiarle a otra ciudad de Latinoamérica y a ninguna otra perteneciente al resto del mundo. De igual forma, lo que me llevo para la vida, es la de vivir sin ningún prejuicio sobre TÚ ciudad, lugar donde vives  ya que TÚ haces de la ciudad lo que TÚ quieres que sea. Como un simple turista de la capital de mi país, este tipo de paseos hace que poco a poco me vaya apoderando de esta ciudad y pasar de ser un simple turista a ser un caraqueño, porque poco a poco me voy sintiendo parte de esto. 


Días después de mi visita al bulevar, hablo con mi tía de cómo era éste 20 años atrás  y esta descripción se me hizo más parecida a lo que yo había vivido recientemente en mi paseo por el lugar: “Era utilizado para celebrar durante los días de carnavales con comparsas y desfiles era una opción para ir a pasear. En él se encontraban muchas distracciones con diversidad de restaurantes, famosos hoteles, tascas y heladerías; sin olvidar el famoso “Gran Café” centro de reunión de personas de todos los estatus sociales.” Esto me hizo reflexionar en cómo Caracas no se escapaba de la globalización de esa época y que con estas remodelaciones solo se está obedeciendo a unos términos de globalización actuales bastantes peculiares para no quedarse atrás con los otros bulevares del mundo, porque no  se debe olvidar las condiciones en la que había caído el bulevar, de modo que ya dejaba de responder a la función de bulevar y pasaba a ser todo menos eso.

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