El
presente y modesto ensayo trata sobre la parroquia de Caricuao, llamada actualmente
“Parroquia Ecológica” gracias al esfuerzo de un numeroso grupo de vecinos
nativos de sus entrañas, que se organizaron para preservar la belleza del
paisaje natural que queda de antaño y a su vez, frenar el auge de las invasiones
con actividades de diversa índole cultural y campañas de difusión informativa,
que inciten a los entes oficiales competentes a favorecer su urbanismo con un
matiz mas humano.
La
intención, además de iniciarme en el arte de redactar un ensayo, es mostrar
cómo en una misma zona geográfica, como ésta parroquia con noble tradición, coexisten
el llamado desarrollo urbanístico con el problema devastador de las invasiones
masivas y recurrentes que afectan no sólo el suelo fecundo de nuestros ancestros
indígenas, sino la propia humanidad del invasor, ya que arriesga mucho,
arriesga todo... Su vida misma.
A
nivel personal, la escogencia de esta zona fue por asignación, sin embargo,
pienso que pudo ser el destino, sus hilos mágicos que me retornaron al espacio
de mis pasadas vivencias juveniles. Es grato entonces, hacerle memoria a sus
encantos y es por ello que estuve en Caricuao tomando unas fotos que fueran
significativas del paisaje, estuve allí
después de un año. ¡Cómo pasa el tiempo! Ya no es igual... Ahora mi
visión se amplía, se desborda. Ahora conozco parte de su historia, su
urbanismo, su vida, su gente, sus problemas y... ¡La verdadera dimensión de su
belleza! Dejemos las fotos para su debido momento y comenzaré por narrarles parte
de su devenir histórico.
Su
nombre es CARICUAO, en honor al valeroso Cacique, símbolo de perseverancia,
quien a la muerte de Guaicaipuro, asumió el liderazgo junto a Tiuna para combatir al ejército Español. Murió sin considerar
la opción de rendirse, vencer o morir, sin término medios.
La
parroquia de Caricuao es entonces, una de las 32 parroquias del Municipio
Libertador y se encuentra dentro sus
límites, situada al suroeste de la ciudad de Caracas. Para el año 2009
contaba con una población de 169.041 habitantes y tiene un estimado poblacional
de 175.384 para el año 2015.
En los tiempos de la colonización, sus terrenos
pertenecían principalmente a una hacienda cafetalera y otras haciendas
agrícolas que cultivaban café, cacao, caña de azúcar y horticultura. Era lo que
puede decirse, una vida de campo y de encanto.
Su
fundación data del año 1961, con la construcción de la “Urbanización Terrazas de Caricuao”, a las
faldas de la montaña de la posterior UD2
y se encontraba dentro de los límites de la parroquia de Antímano. Se establece
oficialmente como parroquia el 8 de Abril de 1975. Para esta fecha, se le
conoce con en nombre de la ya construida por los años 1964-1969, como “Unidades
de Desarrollo” mejor nombradas como UD (UD1, UD2, UD3, UD4, UD5, UD6, UD7). (Según
datos recopilados de González Carlos y Amarísta Yasmile en “Caricuao Foto Histórica”
de 2011)
Actualmente,
su urbanismo dejó atrás a la otrora serie de haciendas agrícolas en aras de
programas populares de vivienda y tras ellos, el desarrollo industrial y
comercial que obtuvo su mayor ciclo de expansión en 1983, con la inauguración
de la línea 2 del sistema ferroviario de transporte masivo “Metro de Caracas”.
Caricuao
es hoy en día, una importante zona residencial con la peculiaridad de
considerársele, gracias a su extensa vegetación, “El segundo pulmón vegetal de
Caracas” después del Cerro El Ávila.
Aún
cuando Caricuao tiene áreas verdes protegidas, de renombre, tales como: Parque
“Ruiz Pineda”, “Parque Vicente Emilio Sojo”, “Parque Zoológico de Caricuao” y
“Parque Universal de la Paz”, la lucha por su resguardo ecológico es intensa,
pues debido al atractivo forestal y su
generoso clima fresco y frío, muchas laderas y sus hermosas faldas de las
montañas aledañas, atrajo las invasiones de toda índole, de las personas que
habitaban zonas superpobladas de Caracas y del interior del país.
En los últimos años, debido a la destrucción
de zonas forestales, como las pertenecientes al parque nacional “La Paz”, se
han conformado barriadas no controladas, principalmente en la zona de Ruiz
Pineda. Aunado a esto, ha aumentado la delincuencia, hay deficiencias en los
servicios públicos y por consiguiente, desmejora en la calidad de vida de la
población que hace vida en esta comunidad.
Estos
problemas han motivado a su población tradicional, a organizarse, a luchar por
su terruño, desarrollando actividades de diversidad cultural que frenen las
dificultades suscitadas por las grandes áreas no controladas.
De
esta lucha comunal, por preservar su verdor, consigue su título de “Parroquia
Ecológica” otorgado por el Consejo Municipal en el año 2009.
Les
contaré ahora del citado sector “Ruiz Pineda”, situado al frente de la estación
del metro que lleva su nombre, se encuentra un local comercial “Mis Venezuela”
conocido por los alumnos del LIMILAYA como: “Mis Chocozuela” donde compartí mis
ratos de esparcimiento cada atardecer a la salida del estricto liceo militar
“Gran Mariscal de Ayacucho”, donde cursé mis estudios de educación media y que
se encuentra ubicado en la subida de la calle “Colinas de Telares los Palos
Grandes”. Precisamente muy cerca de diez barrios que han proliferado últimamente,
tales como: Pedro camejo, La montañita, Pipe, El módulo, El mamao, El moscú....
donde conviven unas 35.000 familias; allí socorríamos a la gente en épocas de
lluvia, principalmente en Diciembre del año 2010, cuando se desplomaron las
viviendas, colapsó el sistema eléctrico, se desbordó la estación de rebombeo de
Hidrocapital y la gente se vio afectada por su pérdida de techo, enceres y
ropa; sus miedos ante la inseguridad y su dolor. Han estado largo tiempo
refugiados en nuestro liceo.
Aquí
no se sufre por las largas colas, ni por los empujones para tomar el metro cada
mañana e ir al trabajo y cada tarde para regresar. Aquí se sufre por temor,
sobre todo cuando del “Cielo se abre el chorro”... ”Cuando la lluvia empapa los
huesos de los ranchos”... “Cuando la tierra tapia las esperanzas y reina la incertidumbre”.
Al
final, mis compañeros y yo, teníamos
dónde comentar nuestras experiencias:
¡Todas
estas vivencias las compartíamos en el Mis Chocozuela y también las propias de
la edad, la torta burrera, el refresco y... las chicas!
gracias por participar en esta luchha en defensa de imponderables como el clima, la beklleza natural y nuestras sagradas montañas. gracias por contribuir a salver la biodiversidad.
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