lunes, 16 de julio de 2012

Encontrarse en la Cuidad por Humberto I Itriago B


          Es cómico pensar que en un simple recorrido se puedan experimentar muchos fenómenos y, sin saber, sin pensar, nos encontramos rodeados de elementos que han generado y generan en las personas sentimientos y emociones de tal magnitud que son capaces de permanecer grabados por siempre en su memoria. Así en la inmensa ciudad cada habitante es partícipe de fenómenos de identidad, de percepción, de sociedad, que apreciamos al recorrer lugares de entretenimiento público. Lugares que han sido recorridos por miles de personas, espacios que reservan más de un vínculo, más de una anécdota y más de una historia.

       En esta época donde las tecnologías de comunicación predominan en el día a día de las personas es muy fácil sentirse parte de la ciudad, cuando en realidad se puede estar inconsciente de la influencia de la información recibida y ciegamente creamos percepciones de la ciudad que no nos permiten relacionarnos con ella, y debido a esto nos aislamos en un espacio que se considera seguro por el hecho de ser conocido. De manera que es muy fácil encontrarse limitado por aquellos espacios que son familiares (porque se recorren en un régimen habitual) y estar en constante rechazo a explorar más allá por distintas razones provenientes de la percepción negativa generada por los medios como por ejemplo la inseguridad, que a pesar de ser un hecho real, su efecto está severamente magnificado por su recurrencia en los medios de comunicación.

       Por esto vemos que para algunas personas recorrer la ciudad significa visitar los centros de consumo: son víctimas del consumo irracional generado en estos lugares que no responden a una dinámica de identificación ciudadana, conocer estos sitios no genera ningún tipo de identidad, visitar estos espacios es refugiarse de las calles, escapar de la ciudad, atentando contra el consumo cultural e intelectual incluso contra la ciudad la cual debe ser espacio público.

    Descubrir Caracas puede que sea una de las mejores experiencias para estas personas que viven limitados en su percepción, como muestra un botón, en una visita reciente a la Plaza de los Museos en Bellas Artes encontré muchos elementos que no solo llamaron mi atención, de cierta manera logré identificarme con ellos, no me sentí extraviado, ni fuera de lugar en ningún punto del recorrido, no hubo diferencia con respecto a los recorridos que realizo en las calles de la zona en la que habito.

       Desde el momento en que me encontraba en camino a la Plaza de los Museos, en los vagones del metro de Caracas, encontré el más pequeño de los elementos que realmente me tranquilizó cuando se detuvo la maquinaria en el túnel por un breve momento, y fue la música clásica que sonaba en el fondo, (estilo de música que generalmente escucho), me hizo sentir en casa.

      Curiosamente en el Museo de Ciencias se encontraba una exposición acerca de la biodiversidad, como estudiante de la Licenciatura en Biología evidentemente me sentí atraído a explorar el museo, pero lo que realmente llamó mi atención fue un señor con su nieto visitando el museo, el niño le hacía diferentes preguntas a su abuelo y el abuelo con gusto respondía a sus dudas. No solo niños pueden disfrutar de estas actividades más adelante en el Museo de Bellas Artes me encontraría con una pareja visitando una exposición sobre Tutankamón, y en ambos museos me encontraría con diferentes personas que se encontraban realizando lecturas de libros, periódicos, incluso una madre con su hija simplemente admirando el paisaje exhibido.

      Precisamente esta es la razón por la cual estos lugares se encuentran en la ciudad. Más que estructuras que abarcan una exhibición cultural, informativa y educativa son los lugares que hacen de la ciudad un lugar de encuentro, de entretenimiento para todos los miembros de la familia, para hacer de estas visitas al espacio público una tradición y disfrutar de ellas sin ningún tipo de vinculo comercial.

      Analizando los fenómenos de identidad que encontramos en la metrópolis, encontramos la importancia de todos los elementos que permiten formar los vínculos hacia ella, sin importar qué tan pequeños o simples estos puedan ser.

     Aunque las tecnologías de comunicación nos permitan, como instrumentos, ampliar nuestra percepción de lo urbano, es necesario experimentar la ciudad, no huir de ella, buscar y aferrarnos a aquellos elementos que nos permitan identificarnos y desenvolvernos completamente en el ámbito urbano, encontrarnos en la ciudad.

     Personalmente el ideal de las ciudades latinoamericanas está representado en aquel espacio en el que la comunidad, (como ciudadanos), se muestre interesada e identificada con el consumo cultural, intelectual y artístico que ofrecen las metrópolis, a su vez siendo capaces de involucrarse tanto en el ámbito personal como en el familiar: donde las tradiciones se relacionen a las políticas culturales y se separen de la vida al consumo económico.

(Por problemas en el blog no se pudieron montar las imágenes del siguiente ensayo)

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