jueves, 12 de julio de 2012

Ensayo. Por Lisen Gil.


La modernidad es un proceso que brinda una transformación única a las ciudades, busca incluir una gama de industrias comerciales, que harán que su esencia sea más interesante e impactante, de igual manera, trata de incluir al ciudadano a un nuevo espacio un poco más organizado y hacerlo sentir identificado con el lugar, para ello, utiliza una serie de estrategias que permite la fusión de la tecnología, publicidad y propaganda con los recursos materiales y simbólicos de origen local. A Venezuela ha llegado una serie de cambios, que han hecho notar grandes diferencias entre el país de antes y el de ahora, específicamente, lo observamos  al comparar  la ciudad capital con las del interior, es decir, entre Caracas y, en este caso tomaremos a la ciudad Maturín, capital del estado Monagas, como ejemplo con el fin de exponer la comparación de manera más clara y representativa.
Al momento de entrar a los espacios maturinenses, lo primero que encontramos  es una ciudad petrolera, donde cada industria y departamento llaman nuestra atención, de igual manera  grandes esculturas: vírgenes, santos o símbolos patrióticos, que nos recuerdan día a día nuestra historia y lo que somos. El centro de Maturín es el lugar por lo que conocemos como “el mercado” y es allí, donde realizamos nuestras mayores actividades públicas, como por ejemplo: comprar ropa, comida o cualquier equipo electrónico, vamos a la catedral o compartimos en la plaza con nuestras amistades, entre otras, es importante destacar que la publicidad y la propaganda, conjuntamente con los centros comerciales son muy escasos en esta ciudad.  Venezuela se encuentra integrada por muchos lugares similares a Maturín, cada una tiene su esencia, pero nunca deja de lado la estructura urbanística, social y económica típica de un país petrolero y  bolivariano. Ahora al hablar de Caracas, lo caracterizamos con un espacio, donde encontramos innumerables edificios de todos los tamaños, amplias autopistas y carreteras, relacionada con infinitas horas de tráfico, grandes variedades de centros comerciales y lugares de entretenimiento y, sobre todo, incontables vallas y afiches de publicidad que abarrotan cada espacio libre de la ciudad.

   
Se observa que la ciudad capital posee signos de la modernidad, y no sólo esta  sufre el cambio de la globalización, sino también sus ciudadanos. Los individuos aceptan la industria del mercado, siendo este su vía de “relax” o de diversión, el autor  Julio Ramos utiliza la palabra “La flanería” para ello, y lo define de manera mas específica como “un modo de entretenimiento distintivo de esas ciudades finiseculares, sometidas a una intensa mercantilización que además de erigir el trabajo productivo y la eficiencia en valores supremos, instituyó el espectáculo del consumo como un nuevo modo de diversión.” 


El salir a caminar por Caracas, para muchos citadinos en sinónimo de compartir con un lugar, el cual se sienten identificados, es decir, se establece una conexión entre el individuo privado y su ambiente urbano, con el fin de sentirse parte de ella. Esto es lo que ha logrado la modernización, un vínculo que une los medios tecnológicos con el sentir patriótico de un lugar de tal manera que los individuos lo acepten.





Boulevard de Sabana Grande, Caracas.
Al transitar por las autopistas de la ciudad, se puede observar otro signo de modernidad, el cual es la amplia gama de publicidad y propaganda, algo que no es común en Maturín, éstos tratan con sus escritos e imágenes impactar de manera sutil a las personas y de una u otra manera impulsar el consumismo en la población. Una de las vallas que más me impactó al pasar por la avenida “Francisco Fajardo” fue la publicidad de una marca de carros muy reconocida a nivel mundial, “Chevrolet”, podemos observar que lo que más nos llama la atención es el mensaje “sin ti somos sólo máquinas”, tomando en cuenta que los automóviles solo son objetos que nos permiten el transporte, crean cierta incertidumbre al transmitir este eslogan y muchos de nosotros nos realizamos ciertas preguntas, que podrían ser las siguientes:  ¿Será que son algo más que un medio de movilización? ¿Al adquirirlo seré mejor persona o tendré mas actitud? Y así, poco a poco, se crean más dudas que jamás serán respondidas hasta no comprar la mercancía que te ofrece esa publicidad. De igual manera,  nuestro país es muy reconocido por la belleza de sus mujeres, por ende muchas de las propagandas o publicidades utilizan este argumento, para colocar en carteles, periódicos o revistas fotos de mujeres que expresan demasiada sensualidad, esto sin importar la mercancía que se desea vender. Es importante destacar que muchos de los métodos que utiliza la publicidad para llegar al individuo pueden ser el manejar mensajes que alcancen su parte sensible, ya sean amistades, salud, belleza o actitud, es decir, sin importar el objeto que traten de vender, logren transmitir que la mercancía llenará cualquier necesidad que posea el consumidor.

La modernización trae consigo aspectos buenos y malos, como ya hemos mencionado antes, permite que los individuos interactúen de manera diferente con su ciudad, al flanear por sus calles y sentirse identificado con sus espacios, desde el boulevard “Sabana Grande”  hasta con la montaña el Ávila. Sin embargo, como expresa el autor Juan Villoro en su texto Espectro de la ciudad de México, el “Error de traducción, imagen devorada por imágenes, sede de falsos dioses, dirección ilocalizable, estancamiento donde todo desecho es adorno…” estas son unas de las consecuencias de la modernidad, Caracas sufre la problemática urbanística a causa del rápido crecimiento poblacional, la cantidad de basura encontrada en las calles y las innumerables vallas publicitarias que son colocadas en todas la ciudad y que no permiten apreciar los espacios públicos, evitando de esta manera la armonía en los lugares.
Ahora podemos observar una Venezuela que está en proceso de expandir la modernidad, pero para ello es necesario que cada ciudadano aprecie su ciudad, valore lo que lo hace identificarse con ella y luche en contra de lo que no le parece correcto, sólo de esa manera alcanzaremos la verdadera modernidad, tanto económica, social y cultural. Es importante destacar que la modernidad y la globalización son signos de un país en progreso, donde algunos cambios en nuestra cultura no siempre significan algo negativo para la ciudad, al contrario esto nos ayudará a cada día ser mejores y colocar en alto nuestro país.

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