jueves, 12 de julio de 2012

Una Herramienta para el Progreso. Por Daniela Hernández.


Las ciudades son los centros de vida de las comunidades y están adaptadas a las necesidades de sus habitantes. Las urbes son lugares que determinan el modo de comportamiento de las personas y que, además, proporcionan oportunidades para el desarrollo social.   

El sonido de las bocinas de los automóviles, los transeúntes que se dirigen a su trabajo, las madres que pasean a sus hijos, los comerciantes y los empleados públicos son algunos de los elementos que forman parte de las metrópolis y junto a los imponentes edificios, las transitadas calles y los bulevares conforman un caos organizado característico de las ciudades modernas que se encuentran sometidas a constantes cambios a nivel estructural, social y tecnológico. Dentro de éstas ciudades existen ciertos lugares que representan espacios de esparcimiento y son, además, símbolos de identidad para sus habitantes: entre ellos se encuentran las bibliotecas.
En mi recorrido por Caracas tuve la oportunidad de observar los diferentes lugares y aspectos de la ciudad. La forma en que los ciudadanos se han acostumbrado a ella, la manera en que las distintas construcciones moldean su forma de convivir y de percibir la ciudad. Sus medios de transporte atraviesan la urbe a diario para conectar y trasladar a la sociedad trabajadora que nunca se detiene y labora en edificios que proporcionan una mezcla visual entre lo moderno y lo colonial. Uno de los edificios que capturó mi atención fue la Biblioteca  Nacional de Venezuela, ubicada en la Avenida Panteón, es un edificio de gran tamaño pero modesto que se mimetiza con su entorno urbano y posee aproximadamente tres millones de libros que se encuentran disponibles para cualquier usuario debido a su carácter público. Precisamente el contenido de la biblioteca cautivó mi atención, el mundo de oportunidades que se encuentra detrás de las páginas de los libros, escondido, a la espera de que la sociedad lo descubra. Por lo que me pregunto ¿cuál es el papel de las bibliotecas en la sociedad? Y ¿cómo moldea dicho papel el comportamiento de las personas dentro de su ciudad?

Las ciudades modernas, eventualmente, se vieron afectadas por el fenómeno de la globalización, este produjo transformaciones en el ámbito social, económico, cultural y tecnológico. Es un hecho que el ámbito tecnológico ha sido el más destacado en el proceso de globalización debido a la creación de las TIC’s (Tecnologías de Información y Comunicación) que han cambiado la forma y la rapidez en que nos comunicamos y socializamos en la actualidad. Por ello hay quienes afirman que los medios de comunicación, principalmente el Internet, han reemplazado a instituciones públicas, especialmente a la biblioteca, como fuente de información; pero esto no es cierto. Porque el hombre, animal social por excelencia, necesita de un espacio físico al que acudir en busca de información  con el cual pueda sentirse identificado y a gusto, así lo afirma Jean Nouvel “Las necesidades de alojamiento y de estar en un lugar permanecen en todos los tiempos” y de igual forma Sassen comenta “No hay empresas ni sectores económicos absolutamente digitalizados”. Sin embargo no se debe dejar de lado a la tecnología como parte del funcionamiento de las bibliotecas sino que es ideal fusionar el espacio físico con el virtual para ofrecer mejores servicios comunicativos a la sociedad.
Las bibliotecas son lugares de consumo intelectual, almacenan ejemplares invaluables con todo tipo de información y representan un elemento crucial para la educación y los trabajos de investigación. Personas de cualquier edad o clase social pueden acceder gratuitamente a ellas y así obtener información en materia cultural, política, económica, científica y recreativa que sin duda alguna ampliará sus conocimientos. Dichos conocimientos adquiridos a través de libros escritos por grandes pensadores cambia significativamente la forma de pensar de la sociedad, la manera en que percibe a la ciudad y cómo se identifica con ella, produciendo indudablemente una mejora en la convivencia de los ciudadanos. Mientras más personas preparadas e instruidas vivan en una ciudad, mayor será el grado de desarrollo, esto sólo se logra a través del estudio y la lectura.  
Por lo tanto, es imperativo que las bibliotecas se preserven en buen estado y que se le añadan elementos tecnológicos a su funcionamiento para que el público haga un buen uso de ellas y de sus libros pues son, sin duda alguna, las  herramientas claves para el progreso social del imaginario urbano.

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