Definitivamente Caracas es un
ciudad que se está dejando en el olvido, se evidencia en sus calles, edificios
y ciudadanos ya cansados del agite constante que se lleva. Todo ha ido
desmejorando por la falta de cuidado y atención de los responsables, viéndose
reflejado esto en las estructuras, las cuales ya no son lo que en algún momento
de la historia fueron, perdiendo su importancia como íconos de identificación
caraqueña; un ejemplo relevante de lo mencionado anteriormente son las torres
Centro Simón Bolívar, mejor conocidas como “Torres del Silencio”.
La
majestuosidad de esta obra sólo se puede valorar si uno se traslada a los años
cincuenta, época de su construcción, donde formaban parte del inicio de la
renovación de la ciudad junto con la Avenida Bolívar, formando un eje con
vistas al desarrollo. Era el orgullo no sólo del caraqueño sino a nivel nacional.
Amplias escaleras de las Torres |
Tenía un estilo arquitectónico
totalmente moderno y diferente al que normalmente se veía en la ciudad, rompían
con los esquemas de su entorno; es decir, no se mezclaban con el ambiente
urbano. Las escaleras y los pasillos eran muy amplios, además tenía pisos de
estacionamiento, lo que en esa época era novedoso. Tanto es así que hasta los
baños llamaban la atención, por otro lado se encontraban teléfonos públicos,
los cuales no había en casi ningún lugar de Caracas.
Torres vistas desde una de sus escaleras |
Como dice Álvaro González en su escrito Campaña para
la Restauración del Centro Simón Bolívar: “La estratificación de las diferentes
funciones, las plataformas equipadas, la especialización del tránsito de vehículos,
la experiencia de sus pórticos estructurales metálicos y la importancia
otorgada a las áreas cívicas y peatonales. Lo señalan como empresa de diseño a
escala cuyo valor revolucionario modificó el espacio físico para la sociedad
moderna venezolana convirtiéndolo en un ícono de valor continental.” (http://entrerayas.com/2011/06/campana-para-la-restauracion-del-centro-simon-bolivar/)
Escaleras y paredes de las Torres deterioradas |
Sin embargo, con el transcurrir del
tiempo se logra ver que en estos momentos la estructura se encuentra en mal
estado y su valor de identidad ha cambiado, a pesar de que sigue siendo uno de
los íconos más importantes de la ciudad. En la actualidad estas torres son destinadas
a organismos públicos y, por supuesto, su administración, la cual no ha hecho
lo necesario para restaurarlas y llevarlas al nivel que en algún momento
tuvieron.
Exterior de las Torres deteriorado |
Por ejemplo, hoy en día, luego de
haber sido ocupadas por empresas de gran importancia, tanto nacionales como
internacionales, una parte de ellas es utilizada para dar albergue a
damnificados, lo cual incrementa su deterioro a la vista. Recientemente fueron
recuperadas sus zonas de recreación (plazas) que en algún momento fueron acaparadas
por aquellos que ejercen el comercio informal.
Amalivaca, por César Rengifo |
Al pasear por sus distintas áreas es grato darse
cuenta que las obras de arte han sido conservadas, por ejemplo está el “Amalivaca, Mito Caribe de la Creación” de César Rengifo; además se han
incorporado nuevas obras de arte en su entorno. Haciendo esto que las torres y
sus alrededores no sólo sean lugares de trabajo, sino que llaman también al uso
recreativo de los ciudadanos.
En
el presente hay dos importantes entidades públicas que nos hacen dirigir
nuestra miradas constantemente a estos majestuosos edificios, el Consejo
Supremo Electoral (CNE) y el Servicio Administrativo, Identificación, Migración
y Extranjería (SAIME).
A pesar del paso del tiempo, la estructura en general se conserva muy bien a la
vista, sin embargo su mantenimiento debe mejorar. Con pequeños detalles podría
volver a tener la importancia e identidad que en algún momento la caracterizó.
De todas maneras, siempre será la edificación que nos recordará nuestro gran
paso hacia la industrialización.
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